
El reciente hallazgo de un presunto campo de exterminio en Teuchitlán, Jalisco, ha estremecido a México y al mundo.
La magnitud de la violencia y la deshumanización detrás de este descubrimiento ha generado indignación y temor, y no es para menos. La realidad de la crisis de desapariciones en el país es alarmante, pero es crucial abordar esta tragedia con una mirada más profunda, evitando caer en la desesperanza y la estigmatización de toda una comunidad.
Jalisco no es un estado de violencia. Es una tierra de gente trabajadora, de comunidades que buscan el progreso, de familias que se esfuerzan por construir un futuro mejor. Si bien el crimen organizado ha marcado con sangre algunas regiones, la historia de Jalisco no puede reducirse a los actos de unos cuantos. Este hallazgo no define a su gente; al contrario, resalta la valentía de quienes, pese al miedo, buscan la verdad.
Los colectivos de búsqueda, conformados en su mayoría por madres y familiares de desaparecidos, han sido la voz más fuerte en esta lucha. Ellas han desenterrado la verdad que las autoridades muchas veces han querido ignorar. Han caminado por terrenos áridos con palas y varillas, con la esperanza de encontrar respuestas, aunque esas respuestas sean desgarradoras. Su incansable labor no solo expone la magnitud de la crisis, sino también la capacidad humana de resistir, de exigir justicia, de no rendirse.
Es cierto que el hallazgo en Teuchitlán es un golpe brutal a nuestra conciencia colectiva. Sin embargo, también debe ser un punto de inflexión. La indignación no debe quedarse en el impacto mediático de unos días; debe transformarse en exigencia de justicia, en presión para que las autoridades asuman su responsabilidad, en apoyo a quienes buscan a sus seres queridos sin descanso.
No podemos permitir que este horror defina a Jalisco ni a México. La resiliencia de su gente, la lucha de sus colectivos y la esperanza de quienes aún buscan a sus desaparecidos son la verdadera historia. Jalisco no es un campo de exterminio. Jalisco es su gente, su cultura, su historia y, sobre todo, su dignidad. Es momento de que esta dignidad se imponga sobre el miedo y la indiferencia.
#JusticiaParaJalisco #DignidadYVerdad #NoMásViolencia #JaliscoResiste #FuerzaMéxico #ColectivosDeBúsqueda #MemoriaYJusticia #EsperanzaViva






