
n un ambiente cargado de dolor e indignación, familiares, amigos y organizaciones civiles despidieron a la activista oaxaqueña Sandra Estefana Domínguez Martínez, cuyo cuerpo fue hallado junto al de su esposo, Alexander Hernández Hernández, en una fosa clandestina en Santiago Sochiapan, Veracruz, tras más de seis meses desaparecidos.
Sandra, abogada de origen mixe y defensora de los derechos de las mujeres e indígenas, había denunciado públicamente en 2021 la existencia de chats de WhatsApp en los que funcionarios federales y estatales compartían imágenes íntimas de mujeres indígenas sin su consentimiento. Entre los implicados se encontraba Donato Vargas Jiménez, actual titular de la Coordinación de Delegados de Paz del Gobierno de Oaxaca.
El velorio se llevó a cabo en una funeraria del centro de Oaxaca, donde una manta morada con la leyenda “Justicia para Sandra” cubría el féretro. El sepelio está programado para el 30 de abril en el panteón de San Pedro Ixtlahuaca.
La Fiscalía de Oaxaca informó que los cuerpos fueron localizados el 24 de abril durante un cateo en un inmueble en Veracruz. Las autoridades vinculan el crimen a células delictivas que operan en la región. Una mujer ha sido detenida y vinculada a proceso por su presunta participación en los hechos.
El caso ha generado críticas hacia las autoridades por la falta de protección a defensores de derechos humanos y la lentitud en las investigaciones. Organizaciones civiles exigen justicia y medidas efectivas para garantizar la seguridad de quienes luchan por los derechos fundamentales en México.
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